Conociendo a Doncan Can
Mi nombre es Doncan, pero me dicen "Pequeño" "Pequeño demonio" "Doncan can pequeño de moño" y cosas así. Nací en Tafí Viejo, Tucumán, el 15 de mayo de 2014. Mi mamá era una caniche y se llamaba Tapi. Yo soy un perro mestizo con un poquito de esto y un poquito de aquello.
Además de perro de compañía, me dedico a calentar pies y hasta fui el perro del clima de un diario en el que supe trabajar hace un par de años.
A veces también me usan de compostera biónica, pero la situación genera tensiones en el hogar, así que mejor no hablar de ciertas cosas.
Actualmente me dedico también a trabajar bajo la modalidad de home office, pero lo que realmente me gusta a mí, además de comer, es salir y cantar. Actualmente estoy analizando una propuesta de cine que me llegó, pero está en veremos. No les puedo adelantar mucho, pero les doy una pista: 
Ah, me olvidaba: tengo una CM, aunque últimamente no actualiza mis redes sociales y mi carrera como influencer va lenta.
(Síganme, no los voy a defraudar)
No todo es color de rosas
A veces vivo experiencias bastante desagradables y en esta secuencia de fotos queda bastante en claro de qué estoy hablando.
Todo empieza cuando me meten en ese lugar infecto al que llaman ducha. Generalmente esta carita que les muestro a continuación sirve para persuadir a mis humanos...
Sin embargo, en este contexto mi carita de perro con botas no sirve de nada. Y la situación empeora y se convierte en esto que verán a continuación...
Cuando eso ocurre, pongo mi mejor cara de resignación y espero que me saquen de este lugar, que definitivamente no tiene nada de guau, pese a que a mis humanos les guste tanto.
Al final de todo esto viene la parte linda, que es cuando me envuelven para secarme. Después de eso, aunque no hay pruebas, corro desaforado y en venganza subo a la cama, hago una revolcadita para terminar de secarme y me esfumo. Así, quedamos a mano con mis humanos.
Por suerte, estas cosas ocurren solamente cuando hace calor o cuando tengo olor a rayitos. El resto del tiempo la paso bien.Además, voy dejando mi huella y no solo en los árboles que a diario me esmero en visitar. Según mis cálculos, tengo algunas bendiciones. Aquí a continuación, para ir cerrando, les muestro la foto que me llegó (es indudable que tiene mi encanto).
Para cerrar, les dejo una con la familia en uno de mis lugares favoritos de todo el mundo: San Pedro de Colalao. Por ahora esto es todo, pero nos vemos pronto.
